Antes de tener porno al alcance de la mano, nuestros antepasados utilizaban otro tipo de contenido. Creo que es hora de volver al porno tradicional

Nuestro pervertido fan, nos contó que él ha vivido a lo largo de sus 19 años siempre en el centro histórico de Quito. Se ha mantenido ahí debido a que esa casa es una herencia de su familia, como toda casa colonial, se compone de varios mini departamentos. Cómo la vecindad del chavo ha de cuenta.

Sus padres y el resto de su familia se habían mudado recientemente a una casa a las afueras de la ciudad por temas de comodidad. Sin embargo Jorgito quien aplicó para estudiar Economía en la Universidad Central, decidió quedarse ya que en temas de movilización sería una ventaja tremenda vivir cerca de su centro de estudio.

Jorgito, el primogénito de la familia, el muchacho más responsable que todos habían conocido se quedaría en la casa de sus fallecidos abuelos y sería el responsable de cobrar los arriendos en la casa. Debido a la crisis económica que estuvo atravesando el Ecuador en 2022 las unidades habitacionales de la casa no se arrendaban con la frecuencia que solían hacerlo.

Fue una tarde calurosa de agosto en la que Jorgito vio por primera vez a Yudelí, ella había huido de la crisis social de Venezuela recientemente y una vez llegó a la ciudad de Quito, su marido la había abandonado junto a su hija de 7 años, ella se dedicaba aparentemente a vender «cachapas con queso» en una zona cercana de la avenida Colón, con lo que juntaba el dinero justo para poder sobrevivir en lo que encontraba algo más apegado a su profesión de nutricionista.

La familia de Jorgito aceptó de inmediato las credenciales de quien había sido doctora nutricionista en Venezuela, su manera de hablar pausada y apropiada denotaban un acento neutro propio de las personas cultas. Yudelí ocuparía uno de los mini departamentos que estaban debidamente adecuados para el efecto.

A partir de este punto llamaremos Jorge a nuestro protagonista. Jorge salía de una de sus clases aproximadamente a las nueve de la noche, mientras esperaba el bus, pudo identificar a Yudi a lo lejos en la parada, se veía que estaba discutiendo con un taxista mientras estaba con la indumentaria de su trabajo en las manos. Jorge como todo buen quiteño no desaprovechó la oportunidad de demostrar su gallardía y salió en defensa de de Yudi, luego de un intercambio de palabras el problema se solucionó cuando Jorge accedió a pagar un poco más de dinero al taxista para que pueda transportar la indumentaria de Yudi, de paso Jorge también iría en el taxi, total ambos vivía en la misma casa.

 Debemos volver al porno tradicional

En el trayecto mantuvieron una conversación normal de vecinos, Yudi agradecida por la ayuda invitó a Jorge a tomar café para continuar la plática que estaba entretenida. Al llegar a la casa mientras Jorge usó el tocador para lavarse las manos Yudi se había puesto ropa más cómoda, utilizaba unos leggins grises y una camiseta blanca  que dejaba ver un poco de su ombligo, Jorge sintió como algo dentro de sus pantalones aprobaba la nueva indumentaria.

Luego del café y la arepa rellena pasaron a la sala donde estando en el sofá Yudi quebró en llanto al confesar que sentía que dejar su país habría sido la peor decisión que haya tomado, muy apenas tenía tiempo de ver a su hija pues a eso de las diez de la noche casi siempre ya era hora de dormir. Jorge nuevamente como todo quiteño que se precia de serlo, aprovechó la oportunidad para obtener algo más

-Mira Yudi, si el problema es la tristeza, la única cura posible es ahogar las penas en alcohol mientras se escucha pasillos.

-¿Vale pero que es eso de pasillos?

-Son poemas que tienen bonitas melodías, se usan instrumentos de cuerdas para tocarlos, es algo muy tradicional de aquí.

La noche se hizo corta mientras bromeaban y hablaban de recuerdos, Jorge le contaba de su infancia en el barrio, mientras que Yudi de todo lo que había vivido en Venezuela. La platica se tornó en coqueteo y de pronto nuestro Jorge de 19 años había ligado a una mujer de treinta y pico.

Las cosas subieron de tono cuando ambos empezaron a buscar con sus manos la entrepierna del otro por sobre la ropa. Para tener más comodidad Yudi ya se había quitado sus leggins, al parecer no llevaba puesto nada por debajo. Jorge rápidamente se bajó los pantalones e introdujo su miembro. él estaba sentado en el sofá, mientras ella cabalgaba con mucha soltura encima de su miembro viril. Fue uno de esos polvos rápidos y apasionados. Jorge al colocar sus manos sobre los glúteos firmes de esta sexy señora se corrió enseguida dentro de su apretado coño, mientras que Yudi antes de que nuestro prota pierda la erección realizó movimientos fuertes de adelante hacia atrás hasta venirse a chorros encima de Jorge.

Ambos se quedaron abrazados por un buen momento, en lo que Jorge ya había recuperado un poco la cordura, así como también Yudi. Sabían que era muy pronto para asimilar lo que había sucedido….

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